domingo, 23 de septiembre de 2007

Beijing (2)

03-09-2007

Nos despertamos sobre las 9 de la mañana y desayunamos en el hostal. Antes de salir queríamos dejar cerrada la excursión a la Gran Muralla para el día siguiente. En nuestro hostal solamente ofrecían la excursión “secret Great Wall”, que es una zona del tramo de Badaling que está sin restaurar y a donde no va casi nadie. No queríamos andar demasiado, y menos con el calor que hacía, así que preguntamos por la excursión al tramo de Mutianyu. Nos dijeron que ya no se organizaba (pese a tenerlo todavía en su página web y en el tablón de anuncios), así que fuimos a preguntar al hotel Far East, que está en la misma calle que el Leo Hostel, justo al final.
En el Far East Hotel vimos que tenían excursiones a muchos tramos de la muralla, así que contratamos el de Mutianyu por 240 yuanes por cabeza. Estaba incluido el viaje en furgoneta y el desayuno sobre la marcha.
Tras dejar cerrado el tema de la muralla, cogimos un taxi al Palacio de Verano. Tardamos más de tres cuartos de hora en llegar, en parte por el tráfico y en parte por lo grande que es la ciudad (el palacio está a 30 km del centro, y Beijing no termina allí). El taxi nos costó 60 yuanes. Llegamos al palacio sobre las 11 de la mañana y sacamos las entradas (60 yuanes cada uno).



La visita duró unas dos horas, después de las cuales salimos por otra puerta, donde nos asaltó un taxista diciendo que su taxi tenía taxímetro y que fuésemos con él. Aunque nos olía a falso taxi, subimos. Efectivamente tenía taxímetro (oculto bajo una pequeña toalla para que no lo vieran desde fuera del coche). El funcionamiento del taxímetro era correcto, así que no nos preocupamos. Fuimos hasta el Templo de los Lamas, viaje en el que tardamos cerca de una hora y nos costó 82 yuanes. Cuando bajamos del coche, el letrero del techo en el que pone “taxi” había desaparecido!!
Antes de entrar al templo, fuimos a comer a un restaurante que había cerca de la entrada. Con el estómago lleno, sacamos las entradas del templo (35 yuanes) y entramos.



Recorrimos el parque en aproximadamente hora y media y después, decidimos ir al famoso mercado de la seda. Para ello, cogimos un taxi y nos perdimos un poco hasta dar con él (más tarde descubriríamos que es mucho más facil llegar en metro, parada Jianguomen, en la línea 1).
El mercado es una locura. Tiene cinco plantas en las que se agolpa todo tipo de mercancía y cientos de vendedores chillando y agarrándote para que les compres o simplemente entres a “solo vel”, o “luka, luka”. Saben cuatro palabras en todos los idiomas, pero en español saben unas cuantas más, se nota que nos gusta esto de las compras. Aquí son falsas hasta las paredes, y hay que luchar duramente para conseguir el precio deseado.
Marce y Miguel se agobiaban bastante con este ambiente de chillidos, agarrones y regateos (se nota que no han estado en Egipto). Como pensábamos volver otro día, yo compré un reloj y nos fuimos.
Llegamos al hostal sobre las 8 de la noche y nos sentamos a tomar unas chingaos. Poco a poco fueron apareciendo todos los personajes con los que habíamos estado el día anterior, incluido Eric, del que dudamos que saliera del hostal, ya que estaba allí siempre que íbamos nosotros. Quedamos en ir a cenar todos juntos, así que sobre las 9 fuimos a un pequeño restaurante en la misma calle del hostal.
Entre las muchas cosas que se pidieron estaba la carne de perro… que no sé si sería perro, porque a mi me sabía mas bien a bacon.



Después de la cena y la sobremesa volvimos al hostal, donde tomamos otra cerveza. Sobre las 23:30 nos fuimos a la cama, al día siguiente tocaba un buen madrugón.

No hay comentarios: