Shanghai
08-09-2007
Queríamos ir por la mañana en tren a Shanghai, pero sabíamos que nos íbamos a encontrar con un problema en la taquilla de la estación de trenes por el idioma. Mientras nos preparaban el desayuno, pedí en la recepción del hostal que me escribieran un papel en chino con lo que queríamos (tres billetes a Shanghai en un tren D, los trenes rápidos, a ser posible). El amable chico que estaba en recepción escribió rápidamente la nota, y de paso, le pedí que nos llamara a un taxi para ir a la estación.
Subimos a la habitación, bajamos con nuestros equipajes y en un momento llegó el taxi. Una chica del hostal le dijo al conductor a dónde queríamos ir, y llegamos en unos minutos (poco después de las nueve de la mañana). Entregué el papel en la taquilla y me dieron billetes para el tren N272 (un poco más lento que los D). El tren salía a las 10:25, así que había que esperar un rato.
Llegamos a Shanghai a las 12, y seguimos las instrucciones para llegar nuestro hostal. Simplemente se trataba de coger el metro hasta la parada que nos indicaban y andar un poco… Pero se nos complicó bastante el asunto, porque debimos andar en la dirección equivocada al bajar del metro. Después de un rato andando y sin saber hacia dónde ir, decidimos coger un taxi. Fue bastante difícil, ya que todos los que pasaban estaban ocupados, pero finalmente conseguimos uno, y en unos minutos llegamos al Koala Youth Hostel. Hicimos el check-in, pagamos (300 yuanes por noche), y subimos a la habitación. Estaba muy bien, con televisión, aire acondicionado e incluso cocina. El baño estaba en el medio de la habitación (entre las camas y la cocina), y estaba cerrado por paredes de cristal!!! (eso sí, con cortinas), así que resultaba ser poco íntimo.
Salimos a la calle y buscamos un sitio para comer, con dos problemas: que era muy tarde (algo más de las dos), y que en todos los sitios que veíamos las cartas estaban exclusivamente en chino. Cuando llegamos a un sitio donde tenían en la puerta fotos de los platos, entramos. Como era tarde, éramos los únicos clientes y los camareros estaban tranquilamente sentados viendo la televisión, pero nos atendieron sin problema. Para elegir la comida, fuimos a la puerta, señalamos las fotos de los platos que queríamos y nos encomendamos a Buda. Comimos y pensamos qué hacer por la tarde.
Decidimos ir al Bund, para lo cual, cogimos el metro y nos bajamos en la parada de Nanjing Road, desde donde llegamos andando en unos minutos.
La calle Nanking estaba atestada de gente y sobre todo de vendedores. Por lo visto hace poco han cerrado el mercado de la seda de Shanghai, así que los vendedores se han trasladado a la calle. Ten enseñan sus catálogos (tienen lo que quieras), y te intentan llevar a sus tiendas escondidas. Nosotros no fuimos a ninguna de estas tiendas.
Cuando por fin llegamos al Bund, estuvimos dando una vuelta y decidimos pasar a la zona de en frente, Pudong. Para ello, fuimos por el tunel especialmente preparado para guiris, en el que cruzas en una especie de vagón de metro y vas rodeado de luces y láseres. El viaje cuesta 35 yuanes por persona, y no lo recomiendo, ya que se puede cruzar en metro. Lo que sigue es un vídeo del trayecto.
Ya en la zona de Pudong, estuvimos dando una vuelta y nos dirigimos a la torre Jinmao, que con 420 metros de altura es la más alta de China y la cuarta del mundo (bueno, lo era… creo que ya la han superado). La verdad es que la torre desluce un poco pese a su tamaño, ya que justo al lado de ella se está construyendo otra más alta. Como no está terminada, no entra en las clasificaciones, pero mide 460 metros. Miguel y yo subimos al mirador de la planta 88 (70 yuanes cada uno), desde donde la vista es bastante espectacular, a pesar de la neblina que había. Marce prefirió quedarse con los pies bien asentados en el suelo. En la primera foto se ve el interior de la torre, y en la segunra, las fos torres. La baja es la Torre Jinmao.
Queríamos ir por la mañana en tren a Shanghai, pero sabíamos que nos íbamos a encontrar con un problema en la taquilla de la estación de trenes por el idioma. Mientras nos preparaban el desayuno, pedí en la recepción del hostal que me escribieran un papel en chino con lo que queríamos (tres billetes a Shanghai en un tren D, los trenes rápidos, a ser posible). El amable chico que estaba en recepción escribió rápidamente la nota, y de paso, le pedí que nos llamara a un taxi para ir a la estación.
Subimos a la habitación, bajamos con nuestros equipajes y en un momento llegó el taxi. Una chica del hostal le dijo al conductor a dónde queríamos ir, y llegamos en unos minutos (poco después de las nueve de la mañana). Entregué el papel en la taquilla y me dieron billetes para el tren N272 (un poco más lento que los D). El tren salía a las 10:25, así que había que esperar un rato.
Llegamos a Shanghai a las 12, y seguimos las instrucciones para llegar nuestro hostal. Simplemente se trataba de coger el metro hasta la parada que nos indicaban y andar un poco… Pero se nos complicó bastante el asunto, porque debimos andar en la dirección equivocada al bajar del metro. Después de un rato andando y sin saber hacia dónde ir, decidimos coger un taxi. Fue bastante difícil, ya que todos los que pasaban estaban ocupados, pero finalmente conseguimos uno, y en unos minutos llegamos al Koala Youth Hostel. Hicimos el check-in, pagamos (300 yuanes por noche), y subimos a la habitación. Estaba muy bien, con televisión, aire acondicionado e incluso cocina. El baño estaba en el medio de la habitación (entre las camas y la cocina), y estaba cerrado por paredes de cristal!!! (eso sí, con cortinas), así que resultaba ser poco íntimo.
Salimos a la calle y buscamos un sitio para comer, con dos problemas: que era muy tarde (algo más de las dos), y que en todos los sitios que veíamos las cartas estaban exclusivamente en chino. Cuando llegamos a un sitio donde tenían en la puerta fotos de los platos, entramos. Como era tarde, éramos los únicos clientes y los camareros estaban tranquilamente sentados viendo la televisión, pero nos atendieron sin problema. Para elegir la comida, fuimos a la puerta, señalamos las fotos de los platos que queríamos y nos encomendamos a Buda. Comimos y pensamos qué hacer por la tarde.
Decidimos ir al Bund, para lo cual, cogimos el metro y nos bajamos en la parada de Nanjing Road, desde donde llegamos andando en unos minutos.
La calle Nanking estaba atestada de gente y sobre todo de vendedores. Por lo visto hace poco han cerrado el mercado de la seda de Shanghai, así que los vendedores se han trasladado a la calle. Ten enseñan sus catálogos (tienen lo que quieras), y te intentan llevar a sus tiendas escondidas. Nosotros no fuimos a ninguna de estas tiendas.
Cuando por fin llegamos al Bund, estuvimos dando una vuelta y decidimos pasar a la zona de en frente, Pudong. Para ello, fuimos por el tunel especialmente preparado para guiris, en el que cruzas en una especie de vagón de metro y vas rodeado de luces y láseres. El viaje cuesta 35 yuanes por persona, y no lo recomiendo, ya que se puede cruzar en metro. Lo que sigue es un vídeo del trayecto.
Ya en la zona de Pudong, estuvimos dando una vuelta y nos dirigimos a la torre Jinmao, que con 420 metros de altura es la más alta de China y la cuarta del mundo (bueno, lo era… creo que ya la han superado). La verdad es que la torre desluce un poco pese a su tamaño, ya que justo al lado de ella se está construyendo otra más alta. Como no está terminada, no entra en las clasificaciones, pero mide 460 metros. Miguel y yo subimos al mirador de la planta 88 (70 yuanes cada uno), desde donde la vista es bastante espectacular, a pesar de la neblina que había. Marce prefirió quedarse con los pies bien asentados en el suelo. En la primera foto se ve el interior de la torre, y en la segunra, las fos torres. La baja es la Torre Jinmao.
Después de bajar de la torre Jinmao, volvimos en metro a la zona del Bund y fuimos poco a poco andando hacia el hostal. Cuando estábamos en la Plaza del Pueblo, se acercaron a nosotros dos chicas y un chico muy amables y estuvimos charlando en inglés un rato. Nos preguntaron de dónde éramos, cuanto tiempo llevábamos en China, los sitios en donde habíamos estado… y por fin nos dijeron que nos podían acompañar a tomar algo a un sitio muy bueno que conocían, y al que casualmente se dirigían ellos cuando nos encontramos. Declinamos la invitación y continuamos nuestro camino.
Cuando estábamos llegando a nuestro hostal, paramos en un supermercado a comprar unas cuantas cosas para desayunar al día siguiente, ya que no teníamos incluido el desayuno. Dejamos las cosas en la habitación y salimos en busca de un sitio para cenar. Después de dar un par de vueltas, entramos a un sitio con pinta europea y cenamos allí. La calidad dejaba mucho que desear, pero por lo menos la carta estaba en inglés. Después de cenar, volvimos al hostal, yo miré el correo y llamé a casa y nos acostamos.
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